Querido hijo,
honro la partida de tu cuerpo físico con todo el amor que te dimos incluso antes de que existieras en mi vientre, cuando eras sólo un pensamiento de Dios.
Llenaste de amor y luz a toda tu familia y amigos. En particular, a tu padre Eduardo y a mí, tu madre, nos regalaste las experiencias más bellas e increíbles que podemos experimentar los seres humanos.
Gracias hijo por tu amor, gracias por tu luz, gracias por mostrarme la inmensidad de la vida en esta tierra. Gracias Gabriel por enseñarme mi propio corazón, mi capacidad de entregar amor, de dar vida y luz.
Sé que viajas hacia el Padre, en otro plano y otro estado. Cuéntale a los seres que te rodean en la luz que la forma material es necesaria para la experiencia y que tu propia experiencia fue la mejor.
Gabriel Ignacio Torres Sainz, fuiste uno más de nuestra tribu, fuiste mi lobito regalón.
Te deseamos un maravilloso retorno a casa, donde nos reuniremos algún día.
Adiós, hijito. Te amamos sin tiempo ni espacio, eternamente.
Un pensamiento enviado al universoAmado hijito,
sé que disfrutaste en esta tierra de nuestro amor inagotable. Aún te extraño como ese pequeñín que pateaba mi guatita y nadaba feliz.
Te agradezco, ser luminoso, haber venido a dejar tu huella en nuestra familia, el sello del amor del universo. Despertaste en mí lo más grande de lo femenino, de la mujer que soy.
Ya no eres mi hijito, te transformaste en una energía "adulta", cósmica, en un nuevo proceso, al igual que tu padre y yo aquí en este plano.
Bendito seas infinito y eternamente, amor inmenso, luz incandescente, Gabriel de mi vientre.
Amada Mia:
ResponderEliminarSin dudas que tus palabras solo muestran la grandeza de tu corazon, de madre y compañera.
El leer nuevamente esa hermosa carta a nuestro hijo, me llena el pecho de una emoción y esperanza frente a la partida de nuestro hijito, lobito y ser de luz.
Eres muy noble en tus palabras y expresas el mas hermoso sentimiento de amor.
Te amo y adoro mi compañera cotina
EDU.